
Infaustos caballeros:
Me invocan para que les escriba desde esa esperanza infinita castigada a la que me enviaron por ateo. Por suerte, no acabé en el cielo… ¿Eso es lo que les gustaría leer, horda de juntaletras con predilección por lo abyecto? Mis sospechas vitales fueron corroboradas, ni el cielo ni el infierno existen. Esos asuntos no son más que entretengas terrenales para agnósticos temerosos o curiosos de teología.
¿Cómo han conseguido contactar conmigo entonces? Pues, hasta un reloj averiado da bien la hora dos veces al día. Si han leído Uds. mi obra, lo cual doy por sentado y es por ello por lo que me invocaron, también acerté en otra de mis sospechas, la existencia del Aleph. Así lo nombré al menos… aunque, lo cierto es que no tiene nombre. Nada de lo que hay aquí puede encerrarse en esos crípticos códigos humanos que ahora empleo para que me entendáis. Funes el Memorioso aquí se encuentra a gusto y se ríe de lo que ahora diagnostican como TOC en vuestro exiguo presente.
Se encuentran afanados por saber qué opino del mundo actual en el que viven y por cómo veo la evolución de la literatura. Es difícil volver a ejercer inquisiciones sobre obras desde aquí…para que se hagan una idea, Pierre Menard consiguió escribir al completo el Quijote, aunque también lo puede hacer un mono con una máquina de escribir.
Sigo siendo ciego, pero no importa…aquí la literatura no necesita ser percibida por ningún sentido humano. Ahora me doy cuenta de que estar ciego en vida fue un acierto, pues, una vez la percibido aquí, no hay nada más limitante que los sentidos para escribir literatura en cualquiera de sus formas… hacen bien Uds. si se encierran en las lecturas del siempre: Dante, Shakespeare y Cervantes, no necesitan nada más.
Ya saben que del mundo no me gustó opinar mucho, ni de política ni de historia. Es más, cada vez que lo hice, me arrepentí acto seguido de mis opiniones. Desde aquí puedo recordar esa cita mal atribuida a Harry el Sucio: “Las opiniones son como los culos. Todo el mundo tiene una”. De todos modos, me puedo limitar a repetir palabra por palabra todo lo que ya dije en el informe de Brodie: al igual que los Yahoos, siguen empleando la violencia primitiva, viven una barbarie disfrazada de civilización y la moral no puede ser más relativa. El orden social de todos Uds. está marcado por la crueldad y el sentido de la supervivencia. No es el mundo un buen lugar para la literatura.
La realidad que Uds. viven desde aquí se presencia como una pesadilla, envuelven el pasado y el futuro con una oscuridad aplastante donde la posibilidad de un mundo mejor es fina, como un rayo de luz. Podría resolverles el misterio de cómo acabará esto, no porque mis sospechas acerca de la humanidad siempre fueron ciertas —que también—, sino porque me encuentro en el Aleph, pero les dejaré a Uds. vivir con la incertidumbre de lo que ocurrirá mañana, pues el Aleph no niega el misterio, lo contiene, como esta carta, que siempre estuvo escrita.
