Por primera vez, lo ama, o eso creyó al observarlo bañándose en la piscina. Cierto es que tampoco tuvo nunca la intención de hacerlo, ni cuando dejó de ser ese indiscutible mediocre gracias al éxito de esa empresa de relojes con calculadora y correa de piel de imitación. Ni cuando le dio un hogar, ni cuando formaron una familia… nada, no soportaba esa barriga peluda, ni ese felpudo bajo la nariz ni sus rones con hielo.
Tampoco llegó el amor con ese adosado con piscina, ni con las joyas, ni con los vestidos, ni con las vacaciones, ni con los coches caros, ni con las clases de pádel… nada comparable a cuando por fin vio su cuerpo boca abajo flotando en la piscina mientras tomaba un garnish.
#Microrrelato








