
En la goma de sus calzoncillos se notaba que iba de estreno. Cada vez que salimos con la ambulancia y atendemos a un atropellado recuerdo a mi abuela: “Lleva siempre mudas nuevas porque nunca sabes cuándo vas a acabar en el hospital”. Repetía que no llamáramos a nadie y escondía la mano bajo el muslo. Me agaché para atenderlo y ya solo recuerdo que caí al suelo ensangrentado y su imagen huyendo de espaldas. Pude apreciar la alarma antirrobos en sus calzoncillos y su cartera con un fajo de billetes, sin la foto de su abuela. Recordé que al trabajo siempre llevo calzoncillos viejos.
#Microrrelato
